Vivir fuera del país, la mayoría de las veces por obligación gracias a la falta de oportunidades. Colombia a veces no nos ofrece la posibilidad de llevar una vida tranquila. Y eso para muchos es un gran suplicio, que desde la distancia y a pesar de poder vivir dignamente donde quiera que estén, extrañan la tierra, la padecen.
Y es que la tierra llama, la familia jala, los recuerdos aparecen nostálgicos y nos llevan a nuestros momentos de más sincera felicidad. Siempre al lado de los nuestros, compartiendo nuestros sabores, nuestros olores, nuestras costumbres. Colombianos en el exterior, Colombianos que extrañan su tierra hay millones. Esos que el país expulsó porque no les dejó otra opción. Esos que mandan remesas que representan parte importante del capital financiero de nuestra tierra. Los que se van a sufrir en otra parte del globo para poder tener la dignidad que Colombia les quitó.
Colombia es el país con más emigrantes de Sur América, cerca de 6 millones de compatriotas están fuera buscándose la vida, ganándose la vida, muchos de ellos, exaltados y reconocidos, nos dejan en alto, otros no tanto.
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Circunstancias varias: una buena oferta de trabajo, una buena oportunidad de estudio, un amor extranjero que los empuja a otra latitud, un negocio turbio que antoja los bolsillos de fortuna; una bicicleta, un balón, un carro que los pone en los titulares de los periódicos deportivos; un libro mágico que fue escrito y que obligó a viajar por el mundo llevando la bandera en el pecho y el acento caribeño en la boca. 6 millones de historias de los nuestros que son contadas en otro lenguaje, en otras circunstancias a las que deberían de ser. 6 millones de personas que añoran la panela, el quesito, la bandeja, el tamal, la lechona, el café, el chocolate, la arepa, el sancocho, el ajiaco, la butifarra, el bollo, el pescado, el coco, el zapote, la sandía y el arroz.
Pero sobre todo, extrañan a la gente. Yo estoy convencido que lo mejor y lo peor de Colombia, es su gente. Lo peor porque gracias a nosotros mismos, a nuestra comodidad, a nuestra falta infinita de sesera 6 millones están en el extranjero. Lo mejor porque gracias a nosotros es que este país todavía es vivible y lo hacemos entrañable para muchos. Y aquí me refiero a los últimos, a nosotros, a los buenos, a usted, a mí que me incluyo por simple delicadeza. Nuestra gente, amable, esa que tanto se extraña. Y con nuestra gente, nuestras costumbres. Lo que quiero decir es que no es regla general, sin embargo, la amabilidad, la empatía, no se improvisan, están en nuestro ADN.
Por eso cuando preguntamos a nuestros compatriotas que es lo que extrañan de la tierra, las respuestas casi siempre están cargadas de lugares comunes que representan los amores y añoralgias más intensas de un emigrante colombiano. ¿Y ustedes qué extrañan?