El Eje Cafetero, una de las provincias con mayor diversidad geográfica de la República de Colombia, permanece como uno de los destinos más concurridos por locales y extranjeros. Quindío, Risaralda y Caldas lucen algunas de las joyas turísticas que más se subrayan en la nación.
Según reseñó el portal El Espectador, desde expediciones de colegio hasta vacaciones familiares o escapes universitarios, el Eje Cafetero ha sido comprobadamente uno de los destinos más visitados por los ciudadanos colombianos.
Su fortuna geográfica, las vistas panorámicas que acicalan las travesías por carretera, la reformada oferta hotelera y de servicios cultivados e, indiscutiblemente, ser el núcleo de uno de los símbolos de la nación de Colombia ante el mundo: el café, promueven la industria en esta zona del estado y la convierten en un clásico del turismo nacional.
Visitar esta zona resulta un sorbo de la Colombia clásica, un reconocimiento a la labor del campesino, una aventura por locaciones que se concentran a cada kilómetro y una razón de satisfacción al recorrer algunas de las poblaciones más bellas de la región Andina.
Los departamentos de Quindío, Risaralda y Caldas ocultan extraordinarias riquezas naturales dignas de ser retratadas tanto en una cámara como en la mente y, al mismo tiempo, el paso de los años y el desarrollo del turismo han hecho eco en la organización privada y sector público para fomentar aún más la experiencia de los visitantes.
Viajar en un automóvil particular resulta la mejor alternativa para recorrer las vías del Eje Cafetero, sin embargo, si esta alternativa no se encuentra entre las posibilidades, siempre habrá un Jeep Willys o una “chiva rumbera” para movilizarse al mejor estilo cafetero y enriquecer aún más la práctica, pues estos carros ya forman parte de la cultura de la región.
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Una vez resuelto el medio de transporte, solo falta delinear un recorrido. Resulta significativo escoger uno que permita revelar las maravillas que nos procura esta zona, que perfectamente nos dibuja una actividad diferente para cada día.
Encontrarse situada entre las tres ciudades más trascendentes de la nación (Bogotá, Medellín y Cali) le otorga al Eje una ventaja competitiva de cara a otros destinos. Un recorrido desde Bogotá a Armenia solo posee una duración de seis horas y media, la vía se encuentra en buenos escenarios y el único tramo para poseer especial cuidado es el alto de La Línea, un camino que se debe acompañar con decenas de mulas. De Medellín a Armenia son seis horas en carretera y desde Cali son tres.