Aunque la palabra Alborada tiene diferentes significados, en Colombia, y más aun en Antioquia, se le ha dado otra connotación.
Hace casi dos décadas, las fiestas Decembrinas empezaban el día de las velitas. Día en el cual las familias se reunían para festejar, compartir, hacer asados y por supuesto prender las velitas. Los mayores se sentaban a charlar y tomar, mientras los niños se dedicaban a jugar, a hacer las bolas de esperma y la conocida Candelada del diablo. La pólvora se quemaba con un “poco más de responsabilidad”.
La historia cambio, cuando el primero de Diciembre del 2003 a las 12:00, empezó a sonar en el cielo innumerables estallidos. Grandes cantidades de pólvora se quemaron en esa hora, muchos Medellinenses despertaron desconcertados, asombrados y hasta asustados, pensando que se trataba de algún combate armado. Nunca se había visto una quema de pólvora tan grande.
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Año tras año, los paisas empezaron a ver esto como una “tradición” en la cual se celebra la llegada de Diciembre. Pero las mal llamada “tradición”, tienen en realidad un origen oscuro.
Origen de la Alborada
El 25 de Noviembre del 2003, el bloque paramilitar Cacique Nutibara a mando de Alias ‘Don Berna’, que operaba en aproximadamente en 10 comunas de Medellín, se desmovilizó. Para festejar la “dejación de las armas” y su “reincorporación” a la sociedad civil, iniciaron una quema desaforada de pirotecnia.
Una gran cantidad de elementos “pirotécnicos” se repartió en las diferentes comunas y corregimientos en donde estás personas hacían presencia. De ahí en adelante se empezó a realizar todos los años como “tradición”.
Normalmente cuando escuchábamos mucha pólvora en fechas que no eran especiales, se pensaba que alguno de los capos o de los combos había coronado un cargamento. Seguro era así.
Esta practica, mal llamada “tradición”, cada día va perdiendo fuerza y muchos esperan que finalmente se acabe. En Medellín se han promovido varias campañas en contra de la quema de pólvora en Diciembre y más aun en la Alborada. El impacto ambiental y social que ha tenido ha sido muy negativo: cientos de quemados (la gran mayoría niños), animales muertos y perturbados (que son los que más sufren), y la contaminación acústica y ambiental que se genera.
Aunque hay opiniones encontradas y algunos aun defienden el uso de la pólvora y dicen que Diciembre sin pólvora no es Diciembre, cada día más personas toman conciencia de su verdadero origen, y de sus dañinas consecuencias. Aunque falta mucho trabajo si queremos erradicarla para siempre.