Hoteles hay para todos los gustos, para todos los bolsillos. De lujo y de paso. Llenos de comodidades o verdaderos retos para los viajeros. Aquí presentamos 5 muy particulares, curiosos, los 5 hoteles más raros del mundo que no pasarán desapercibidos.
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Casas árbol
Esta idea infantil a tomado fuerza en el ámbito hotelero de todo el mundo. Uno de ellos, es el Tree Hotel, que ofrece siete cabañas, construidas en un pinar con vistas a un río y que cuelgan hasta a 10 metros sobre el suelo.
Las habitaciones se funden con el bosque de pino, camuflándose en él. Sus paredes espejadas reflejan el entorno y dan una ilusión de espejismo en la naturaleza.
Hoteles burbuja
Justo en el cruce de Tailandia, Laos y Myanmar, se nos presentan las burbujas más extraordinarias del planeta. Este exclusivo hotel, Jungle Bubble, son dos habitaciones diseñadas para estar totalmente aisladas.
Lo mejor de este refugio es que te permite habitar al lado de un refugio de elefantes rescatados, que pasean tan cerca que pueden oír sus pisadas, y verlos pasear por su habitad natural.
Bajo el agua
Un hotel pionero en las habitaciones submarinas, el Hotel Muraka se localiza en la Isla Rangali (Maldivas). Su villa, sumergida a 5 metros bajo las aguas turquesas, hace las veces de acuario: su techo de cristal permite dormir viendo a los peces y corales rodeando la habitación.
Gracias a enormes ventanales de suelo a techo tanto en el dormitorio como en el baño, la habitación se asoma a la laguna Ambassador, donde conviven 65.000 criaturas marinas, entre las que se cuentan rayas y tiburones.
En la selva
Otro de los hoteles más raros del mundo lo encontramos en Costa Rica, con diseño y comodidades grandísimas, y además en contacto con la naturaleza.
El hotel el Coco, es un complejo formado por cinco cabañas que se contruyeron en la mitad de un bosque tropical.
Estos nidos en forma de cono son pequeños apartamentos con habitación, sala, cocina y terraza.
En un vagón de tren
Un tren sin movimiento fue aprovechado para este proyecto. Mientras leones, antílopes, búfalos y jirafas pasean por su habitad natural, se puede descansar en un hotel que ha preparado sus 13 vagones en bellísimas estancias.
En cada vagón hay dos habitaciones que tienen ventanas que ocupan toda la pared, y decorados por los artesanos locales.
Cuenta con bar, restaurante y una piscina asomada al vacío y que deja ver el río y la exuberante vegetación bajo los viajeros.