Los fantasmas que habitaban una vieja casa de Laureles

Fantasmas

Alrededor de una enorme casa ubicada en la calle 33 A con la carrera 76, se esconde una inquietante leyenda sobre fantasmas. Esta casa que actualmente no existe, trae recuerdos escalofriantes a sus antiguos dueños.

Adriana María López, la antigua dueña cuenta que recuerda la casa como una vivienda muy bonita. Sin embargo, agrega, también la recuerda gélida y casi siempre en penumbras.

Tras los primeros meses de vivir allí, Adriana recuerda que empezó a sentir sensaciones que le quitaban la tranquilidad.

“La ventana de mi habitación lindaba con la calle pero siempre permanecía cerrada junto con la puerta. Cuando me acostaba sentía una presencia extraña, sentía que se sentaban al lado de mi cama, a la altura de mi cabeza, me respiraba encima y yo solo me tapaba con la cobija, era algo terrorífico y me costaba mucho dormir”.

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Con 16 años de edad, Adriana recuerda que los fantasmas correteaban por la casa, tocando sus pertenencias, inquietándole el buen dormir.“Me paralizaba del susto, era una sensación muy maluca”.

Sus padres nunca le creyeron. Por esta razón, Adriana dejó de explicitar el terror con el que vivía durante las noches. Hasta que a su casa llegaron familiares de visita. Luego de la primera noche, los familiares anunciaron: “en esta casa espantan”.

El culmen del horror, lo vivió Adriana una tarde que sintió entrar a su madre a la casa. Sintió que le tocaron la espalda, y cuando Adriana volteó para saludarla… no había nadie. Dice haber visto n aquella ocasión a una señora mayor, de pelo negro y recogido que parecía vigilarla.

En 1995 se mudaron de allí, tras vender la casa dónde se construyó un edificio de apartamentos. Adriana nunca más volvió a sentir nada parecido.

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