En la calle 51, entre las carreras Carabobo y Tenerife, en el centro de Medellín, encontraron unas piezas que tienen más de 120 años.
Durante la construcción del Corredor Peatonal Boyacá, unos trabajadores de la obra descubrieron estas reliquias que pertenecían al sistema de acueductos que antes abastecía a la ciudad.
Las piezas, hechas con materiales de arcilla y cajas de piedra cubiertas con lajas, cuentan con 13 tuberías. De acuerdo con la arqueóloga, Elvia Inés Correa, las ruinas datan del período comprendido entre 1826 y 1920. Además, pertenecen a la primera red que tuvo la ciudad antes de la municipalización de sus servicios públicos.
“La red discurría de oriente a occidente, debido a que el agua provenía de la quebrada La Castro y de los acuíferos del cerro Pan de Azúcar. Luego, con la municipalización del acueducto a finales del siglo XIX, el agua era conducida desde la quebrada Santa Elena”, dijo Correa, encargada del plan de manejo arqueológico de las obras del centro de Medellín.
Sin embargo, Pablo Aristizábal Espinosa, arqueólogo PhD. de la Universidad de París, contó a El Colombiano que las primeras acequias se construyeron en 1790, luego de las instrucciones de Juan Antonio Mon y Velarde, juez visitador de la provincia de Antioquia. Además, agregó que este sistema fue el mismo que utilizaron los romanos, desde el año 200 a.C.
“El hecho de que en la calle Boyacá, antigua Calle Real, se encuentren varias redes de acueductos que permitieron la expansión urbana de la ciudad, genera un referente simbólico y una herramienta pedagógica de gran valor patrimonial”, aseguró Correa.
La propuesta es que el tramo donde están los vestigios se convierta en un museo público.