Los que tenemos más de 30 quizá recordemos con nostalgia la sensación de entrar a esas casas. Grandes, con antejardín, patio y un montón de habitaciones. Las casas de las abuelas.
Las visitas familiares los domingos, donde se juntaban los tíos y primos alrededor de la matrona, siempre tenían de marco una casa vieja de ventanas decoradas con barrotes de madera. Un «Hall» que separaba la puerta principal, y un patio donde indefectiblemente colgaban toallas y sábanas.
También le puede interesar: Pizzafest Medellín: las mejores pizzas de la ciudad a solo 12 mil pesos
Allí, en las casas de las abuelas, vivieron todos los tíos, hasta la fecha de su matrimonio. Algunos incluso, después de casarse, llegaban a un rinconcito con esposa e hijos.
Esta casa era protagonista de todas las fiestas de cumpleaños y todas las navidades. Allí pernoctaban familiares de otras ciudades, y familiares de familiares, y amigos de amigos.
Casa Antioqueña. Foto Flawer Zapata pic.twitter.com/xQDvVnq1jU
— Hernando Jose Martinez (@hernandomarti) August 1, 2015
Su arquitectura colonial da cuentas de un pasado que es escaso pero sobrevive todavía. Y de la nostalgia de aquellas épocas setentosas donde éramos felices y no lo sabíamos.
Hermosa postal!
Casa campesina antioqueña.
Foto @SantyMartinezM pic.twitter.com/fDydf6tE3L— PensandoEnAntioquia (@genteconvos) August 26, 2017