Para celebrar la fiesta de Halloween, desde pequeños nos hemos disfrazado para salir a las calles a pedir dulces y cantar el afamado «Triki Trki». Algunas conspiraciones apuntan a que se debe a una fiesta satánica, otros más escépticos dicen que no pasa de una nueva forma de explotación comercial, donde se aprovecha para vender dulces, juguetes y calabazas.
Lo que está claro es que desde hace años que la celebración de Halloween a dejado de ser una fiesta sólo para niños. Cada año, y cada vez con más asiduidad, se organizan fiestas y encuentros de todo tipo alrededor de esta temática.
Es normal ver los carteles de discotecas y bares anunciando sus tan esperadas fiestas de Halloween. En los colegios este día no hay clases y se hace una programación especial. Las unidades residenciales y los centros comerciales se destacan con su decoración. La fiesta de los disfraces se toma el mundo.
Pero, ¿de dónde es en realidad esta tradición? ¿Cuál es su origen? Acá te lo respondemos.
La respuesta la encontramos en Irlanda, con los antiguos Celtas. Dicen que la fiesta puede tener más de 5000 años y que su celebración estaba relacionada con la relación que esta comunidad tenía con sus muertos.
El 31 de octubre era considerado como el fin del verano. Y era además la fecha en que los espíritus de los muertos volvían al mundo de los vivos, ya que en esa fecha exacta los dos mundos se conectaban. Los espíritus, fantasmas y espectros atormentaban a estas comunidades haciéndoles travesuras, apagándoles el fuego y llevándolos a la oscuridad.
Para confundir a los espíritus, la comunidad celta se disfrazaba y hacía rituales en torno a la luz. Se encendían grandes hogueras y danzaban al rededor del fuego con el firme propósito de que los muertos los confundieran con uno de ellos, y así escapar de sus maldades.
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Después esta versión de la historia se fue mezclando con algunos ritos religiosos de nuestros tiempos. Luego, apenas eso: Halloween hoy es una fiesta de todos. Y más allá de su origen, todos podemos disfrutar de ella.
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