Una de las pocas edificaciones que quedan en la ciudad, y que rememoran los años de inicio del siglo pasado, es el edificio de la antigua estación Medellín del Ferrocarril de Antioquia.
Antioquia vivía, básicamente, de la minería del oro. Era una región aislada del resto del país por la complejidad de sus suelos y lo entramado de sus montañas. Se hacía difícil el transporte de los productos de la región fuera de ella.
Fue hasta 1929, en pleno año de crisis, cuando sería inaugurado el Ferrocarril de Antioquia que conectaría al departamento con el río Magdalena. Y entonces cambió la historia. Con la región conectada al resto del país, la economía se dinamizó y empezaron, por fin, a surgir la ganadería y la agricultura. Se empezó con las plantaciones de café, y en poco tiempo la región se hizo autosostenible por los productos que producía. Cambió la dinámica del comercio y Antioquia pasó a ser referente nacional de desarrollo.
Pero la falta de coordinación y la poca inversión por parte del gobierno central en las vías ferroviarias, llevó al Ferrocarril de Antioquia a decaer en pocos años. Tras la llegada del automóvil al país, el gobierno comenzó una fuerte inversión en carreteras de asfalto olvidando por completo la construcción, ampliación y mantenimiento de las vías férreas que pocos años después caerían en olvido como tantas cosas en Colombia.
Consecuencia de esto, hoy sufrimos la ausencia de un sistema férreo que comunique a las regiones y que abarate costos en el transporte de mercancía hacía y desde los puertos del país.
La Estación Medellín, es el reflejo de lo que fue el Ferrocarril de Antioquia desde finales del siglo XIX hasta los años 30 del siglo pasado.
En 1907 se comenzó a construir el edificio de la Estación Medellín, por el Ingeniero Antiqueño Enrique Olarte, siguiendo los lineamientos de la corriente neoclásica francesa; la obra se terminó en 1914, fecha en la cual se inauguró como Estación Terminal del Ferrocarril de Antioquia.
En los años 60 la Estación Medellín entra en un periodo de abandono, en 1985 se gesta la que sería la primera obra de restauración del Departamento de Antioquia con la cual se lograron resaltar tres componentes: el histórico, artístico y estético-estructural.
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En 1992, La Fundación Ferrocarril de Antioquia se hizo merecedor al “Premio Nacional de Restauración Carlos Arbeláez Camacho”.
Desde el año de 1992 el edificio está abierto a la comunidad como centro cívico, convirtiéndose en referente patrimonial. Allí se encuentran ahora varios comercios y sedes de empresas públicas y privadas, un hermoso centro de encuentro que nos lleva a rememorar la grandeza de dicha obra declarada patrimonio nacional en el año de 1982